Sinopsis
“Conocí muchas historias de gente socorrida, protegida, sostenida, salvada por los ángeles. Parece que a los ángeles les gusta presentarse en las formas más variadas: un amigo muy preciado, una tía, un desconocido, un perro, un cartel publicitario. Raramente ostentan magnífi alas con plumas, suponiendo que las tengan. Me imagino que lo hacen por discreción. Son tan discretos que la mayoría de las veces ni siquiera los advertimos, o mejor dicho, no nos damos cuenta de que son ellos. Otras veces, en cambio, su intervención es evidente. Se dice que son bellísimos, todo gloria y esplendor, quizá por eso se enmascaran” (del prólogo del autor).
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