Evagrio Póntico

Evagrio Póntico, o Evagrio el Monje, también apodado El solitario (345-399) fue un monje y asceta cristiano. Era muy conocido por sus cualidades de pensador, escritor y orador.
Nació en una familia cristiana en el pequeño pueblo de Ibora, en la provincia romana del Ponto. Comenzó su carrera en la Iglesia, al ser nombrado lector por Basilio el Grande. Posteriormente, el hermano de éste, Gregorio de Nisa, lo ordenó diácono.
La vida mundana de Constantinopla y sus atracciones fueron una tentación para Evagrio. Un sueño premonitorio impulsó su partida hacia Jerusalén. Allí vivió un tiempo en casa de una ilustre romana conocida como «Melania la Anciana».
Muchas dudas asaltaron a Evagrio durante ese tiempo. Una grave enfermedad, que significó una señal divina para él, lo hizo decidir partir a Egipto, estableciéndose un tiempo en el desierto de Nitria y posteriormente en Kellia («Las Celdas»), donde vivió hasta su muerte.
Divulgó el hesicasmo, tradición inicialmente eremítica de plegaria que se mantiene dentro del rito bizantino practicada para mantener la quietud. La práctica del hesicasmo se mantiene aún en el Monte Athos y otros monasterios ortodoxos. La mayor parte de los textos atribuidos a Evagrio Póntico se encuentran en la recopilación canónica llamada Filocalia.
Fue el autor de la primera lista de pecados capitales que se conoce, denominados por él vicios malvados. En lugar de siete, como varios siglos después instauró San Gregorio Magno, los pecados nombrados por Evagrio Póntico eran ocho: gula o gastrimargia, lujuria o fornicatio, avaricia o philargyria, tristeza o tristitia, vanagloria o cenodoxia, ira, orgullo o superbia y apatía o acedia.

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