Sinopsis
El título del libro sintetiza lo que a veces presenciamos en las empresas y en las familias. Pareciera que la empresa continuará y crecerá sólo porque los descendientes comparten el apellido del fundador. Y nada más errado. El espíritu emprendedor de quien comienza puede no estar presente en sus hijos, aunque siempre es posible desarrollarlo. Existen ciertos aspectos de informalidad que pueden tolerarse en los primeros años de la empresa, pero que no podrán mantenerse si lo que se desea es avanzar y crecer. Las nuevas generaciones deben aprovechar el bagaje de experiencias de la generación anterior, pero tienen el desafío de incorporar nuevas prácticas, más adaptadas a los tiempos que corren y a las crecientes necesidades de la empresa a medida que se complejiza y madura. Y para lograr esto, deben capacitarse.
La profesionalización de las empresas y de las familias empresarias se convierte entonces en algo indispensable. Un recorrido que cimiente las relaciones entre los miembros de la familia, que se convierta en la excusa para conversar y conocerse más, ya no tanto como padres, madres, hijos e hijas sino como adultos que comparten una visión, valores y el deseo de aportar su granito de arena a la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Ese mismo camino que, a su vez, permitirá que la empresa crezca de manera sana y armónica.
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